Para comenzar hablando sobre la ética y la política primero debemos saber que significa cada una de ellas. Por un lado, la ética estudia la conducta humana, lo correcto y lo incorrecto, lo bueno y lo malo, la moral, el buen vivir, la virtud, la felicidad y el deber. Y, por otro lado, la política abarca un conjunto de actividades que se asocian con la toma de decisiones en un grupo, u otras formas de relacionarse de poder entre individuos, como la distribución de recursos.
Idealistas y realistas
- El idealista político: En esta postura se considera que el gobernante debería ser respetuoso con la ley y con los principios morales que la legitiman, además, debería considerar aplicar la justicia para el mundo entero y no solo para su propio país. Debería ser idealista, es decir, creer que los seres humanos pueden entenderse, cooperar y hacer que la fuerza de la razón sea superior a la razón de la fuerza.
- El realista político: En este aspecto, el gobernante debe ser astuto y dispuesto a saltarse la ley para favorecer a su país, con métodos que puedan ser incluso criminales. No debe comprometer a su nación por defender una justicia que en nuestra realidad no existe, y solo debe ser respetada la fuerza.
La relación entre la ética y la política
La relación entre estas palabras pone de manifiesto una cruda realidad y es muy compleja. Esta consiste en que en ciertas circunstancias se debería aplicar correctamente la ética, pero la gente prefiere aprovecharse de los demás para conseguir lo que más le beneficie. Esto no sucedería en un mundo ideal, puesto que allí las personas serían justas y seguirían las leyes que la ética contiene. Decimos que esta relación es compleja para no caer en situaciones de injusticia y de discriminación, esto no significa que todas las actividades sean idénticas, y no puede decirse que todo lo político tenga una dimensión moral tampoco. Pero muchas de las directrices de la política actual son susceptibles de una valoración ética.
- Ética y política: Tanto la moralidad política como la privada es ardua y siempre se encuentra "en cuestión". Por otro lado, la auténtica moral es y no puede dejar de ser una lucha incesante por la moral.
- El realismo político: Nuestra realidad política está basada en los intereses propios de nuestros gobernantes, más no en la justicia que todos idealizamos con respecto a la política y a sus "buenas" decisiones.
- Los pilares de una democracia entendida a escala mundial: Los pilares han hecho cuatro contratos de acuerdo con la nueva democracia a escala mundial, los cuales son "un nuevo pacto social", "un pacto natural", "un pacto cultural" y un "pacto ético".
Como un pequeño resumen sobre la ética y la política podemos observar el siguiente video.
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